Los cuatro balcones -desde uno de ellos se puede ver el mar- y sus techos altos hacen que nuestro salón sea espectacularmente luminoso. Las molduras vintage enmarcan la cuidada decoración de la que destacan elementos como juguetes metálicos de los años 40 y 50, mobiliario de los 60's y 70's y hasta un taburete de un convento de Toledo de finales del siglo XIX.
Un sillón de lectura, una gran mesa comedor, televisión y sofá. Todo pensado para el descanso de nuestros visitantes después de recorrer la ciudad.
La cocina, además de una mesa con taburetes, está equipada con microondas, frigorífico, tostador, cafetera, menaje... todo lo necesario para que sea absolutamente funcional.